Uno de los campos de interés prioritarios por los profesionales de la salud en el trabajo es la adicción al mismo. El workaholism (adicción al trabajo) se define como la necesidad de trabajar de manera constante, lo que afecta a sus relaciones familiares y sociales, así como al bienestar general, satisfacción con la vida y estado de salud mental.
Es un fenómeno que se comenzó a estudiar en los años 90, y que se caracteriza por cuatro rasgos: emplear mucho más tiempo del necesario en el puesto de trabajo, tener unas expectativas irrealizables sobre el fruto del desempleo del mismo, dedicar más esfuerzo del necesario sobre el trabajo, y la incapacidad de descontar del mismo.
Una investigación desarrollada por María José Serrano-Fernández, Joan Boada-Grau, Carme Gil-Ripoll y Andreu Vigil-Colet analiza las variables que predicen el potencial desarrollo de esta problemática entre los trabajadores. En su estudio encuentran que la necesidad de alcanzar la perfección, así como la necesidad de crecimiento son variables que se relacionan de manera positiva con la adicción al trabajo. De esta forma, una actitud meticulosa y ambiciosa parece estar relacionada con este fenómeno.
La calidad de las relaciones sociales
Sin embargo, la investigación mencionada también arroja datos importantes al señalar que la satisfacción con la vida, las cualidades para relacionarse socialmente y hábitos de nutrición adecuados son un freno para la adicción al trabajo. De esta forma, se observa que unas relaciones sociales ricas fuera del trabajo, lo que derivará sin duda en mayores índices de satisfacción con la vida, representa un factor importante para tratar de establecer una relación saludable con nuestro trabajo.
En ningún caso se ha de comprender que la ambición en el entorno laboral, o la necesidad de crecimiento profesional, sean necesariamente rasgos problemáticos para el desempeño profesional. Sin embargo, sí se debe asumir que las relaciones laborales en la actualidad se desarrollan en entornos tremendamente competitivos. Ante esta perspectiva, el trabajador se enmarca en un entorno propicio para desarrollar tendencias de adicción al trabajo.
De hecho, se debe comprender que, además de rasgos personales, hay factores propios de los entornos del trabajo que favorecen la adicción al trabajo. En un contexto de relaciones laborales cada vez más precarias y flexibles, existe una tendencia al desarrollo de larguísimas jornadas de trabajo. En España es muy común la cultura del presentismo, basada en la imposición de maratonianas jornadas de trabajo sin razón aparente. Simplemente por el hecho de que desarrollar jornadas de trabajo se entiende como un valor para las empresas. Bajo esta circunstancia, habrá trabajadores que, incluso desarrollando jornadas muy largas de trabajo, no sentirán esa vinculación relacionada con el crecimiento y experimentarán esta imposición simplemente como una obligación. Otras personas se volcarán en su desempeño profesional adoptando un compromiso muy perjudicial, como se puede observar.
Las largas jornadas de trabajo
Sin duda, las largas jornadas laborales, independientemente de que el trabajador las asuma de manera voluntaria o impuesta, son problemáticas para el bienestar. En primer lugar, las largas jornadas son la primera causa de accidentes laborales; en segundo lugar, suponen un deterioro de las relaciones sociales y familiares; en tercer lugar, afectan de manera negativa al estado de salud de las personas, tanto físico como relacionado con la salud mental, y, por último, no suponen un incremento de la eficiencia de la empresa. Al contrario, el deterioro de la salud de los trabajadores termina generando sobrecostes en las organizaciones.
A modo de conclusión: si el trabajo se convierte en el centro de la vida de una persona, en una fuente para "mantenerse ocupado" y evitar afrontar otros problemas, posiblemente sea el momento de reflexionar sobre la situación y pensar en pautas de cambio. En segundo lugar, se debe tratar de evitar el desarrollo de jornadas laborales de excesiva duración, independientemente de que se adopten de manera voluntaria o impuesta, ya que en un plazo inmediato, medio y largo serán origen de malestar profundo.