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RUTINA

7 consejos para adaptarse a la vuelta al trabajo después de las vacaciones

7 consejos para adaptarse a la vuelta al trabajo después de las vacaciones
Sara Menéndez Espina
Última actualización: 18 Septiembre 2018
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Si la vuelta de las vacaciones al trabajo y la rutina te agobia demasiado, sigue estos consejos.

Hay personas a las que la vuelta al trabajo no les supone mucho problema porque se encuentran en un empleo que les agrada, con un buen ambiente, unos niveles de estrés asumibles y unas condiciones dignas. Sin embargo, hay muchos trabajos que no nos ofrecen estos factores de bienestar, ya sea porque no existen unas buenas relaciones laborales, porque es demasiado exigente, o a veces porque no es el trabajo que más nos guste (y no, no eres una persona desagradecida porque tu trabajo no te guste).

En esos casos en los que la vuelta al trabajo tras las vacaciones nos resulta una auténtica tortura. Por otro lado, en vacaciones normalmente hacemos cosas que nos agradan, podemos pasar más tiempo con al familia y las amistades y dedicar más tiempo para nosotros mismos, así que a veces no es suficiente con que tengamos un empleo deseado. Pero no pasa nada, al principio costará un poco, pero os queremos ayudar a sobrellevar mejor la vuelta a la rutina, lo que se llama el síndrome postvacacional o depresión postvacacional (que no es, en realidad, un trastorno que tengamos o una depresión real, es ese desencanto por decir adiós al placer de las vacaciones y volver a las obligaciones, rutinas, el estrés, posibles conflictos con compañeros o superiores, etc.).

Esperamos que estos consejos os sean de utilidad para afrontar, en la mayor medida posible, la vuelta al trabajo.

1. Vete poco a poco, ¡no te des atracones de trabajo!

Tu trabajo lleva días y/o semanas sin moverse y la empresa no ha caído. No pasa nada, hay tareas que son más urgentes y otras que menos, así que es muy útil que hagas una clasificación ordenada de las mismas según la prisa que haya. Aunque hayas dejado muchas cosas pendientes, no tienes que resolverlas ya, además no puedes rendir al 100% siempre, así que permítete esa pequeña adaptación al volver de vacaciones al trabajo.

Reorganiza tu espacio de trabajo para evitar caer en la rutina tan prontoReorganiza tu espacio de trabajo para evitar caer en la rutina tan pronto

2. Reorganiza tu horario para ganar tiempo para ti

Muchas veces, el problema que tenemos con nuestro trabajo es que nos ocupa mucho tiempo, y cuando llegamos a casa o nos llevamos tareas pendientes, o tenemos otras muchas que resolver en el hogar. Pero, de nuevo, hay cosas que pueden esperar así que busca, en la medida de lo posible, un hueco para ti cada día. Un rato en el que no hagas nada, o leas, o veas la televisión, o cualquier actividad que te relaje. Pero un rato marcado de antemano, no el "ya aprovecharé antes de ir a la cama si tengo tiempo". Ese intervalo de tiempo te ayudará a recobrar fuerzas para afrontar el resto de tareas con más energía, y que puedas hacer más en menos tiempo. Si no, vas a ir arrastrándote por casa moviéndote de un lado para otro, pero sin hacer nada.

3. Haz alguna actividad agradable antes o después del trabajo

Esto es aparte de tu rato de relax. Es la oportunidad de asociar el trabajo con un estímulo agradable. Cinco minutos de charla con una compañera en la puerta, un café a media mañana, un paseo tras el trabajo, parar a mirar escaparates antes de volver a casa, lo que sea.

4. Cambia la decoración de tu entorno (la que puedas)

Si tienes oportunidad de cambiar algún elemento del ambiente de tu trabajo, es una buena oportunidad para hacerlo. Quizá algún adorno que tengas por la mesa, en la pared de tu despacho, cambiar de sitio el taco de post-its o una planta. Si no tienes la posibilidad (porque no todos trabajamos en los mismos escenarios), pues ¡puedes hacerlo en casa! Es una manera de dar la bienvenida al otoño, a una nueva etapa, siempre y cuando te guste decorar, claro. Pero a veces cambiar los elementos de nuestro entorno nos ayudan a sentirnos mejor, es como cuando nos hacemos un cambio de look.

5. Cambia la ruta de ir al trabajo

De nuevo, no todo el mundo tiene la posibilidad de hacerlo, pero en la medida de lo posible, mira a ver qué pequeños cambios puedes hacer. Es simplemente para que tu vuelta al trabajo no sea retomar una rutina que te parecía desagradable. Si tu ruta es uno de los factores que más te gusta de ir al trabajo (saludar al kioskero, pasar a comprar un bollo en esa panadería o pasar por delante de esa tienda que huele tan bien) entonces no hay problema. Si no, aparca el coche en otra zona, cambia las calles por las que caminas o prueba a pasar por un nuevo establecimiento. Quizá descubras rincones nuevos que te gusten.

Cambia tu rita diaria si la de siempre te aburreCambia tu rita diaria si la de siempre te aburre

6. Plantéate cuáles son las fuentes de estrés en tu empleo, ¿podemos actuar en alguna?

Hay que pensar en qué es lo que parece más desagradable de volver al trabajo: ¿es la falta de tiempo de descanso? ¿Es que tengo malas relaciones con alguien? ¿Es que el entorno físico es incómodo? ¿Es que las tareas son rutinarias? ¿Es que tienes demasiada presión con las fechas de entrega? ¿Es que el salario es excesivamente bajo para el esfuerzo que haces? ¿Es que el trabajo está bien pero no es a lo que te quieres dedicar? ¿Es que no tienes contacto con otras personas? Cuando tengas las respuestas, podrás ver si hay algún elemento que puedas cambiar, si hay la posibilidad de cambiar de empleo y cómo hacerlo, si en verdad no se están cumpliendo derechos laborales y debes consultarlo con algún órgano de representación de los trabajadores. El estrés y las malas condiciones laborales son uno de los elementos que más daño físico y psicológico nos hacen, así que no debes aguantar simplemente porque haya que ganarse el pan.

7. ¿Y si los compañeros hacemos algo juntos para reforzar las relaciones? (si es posible)

Si en tu ambiente de trabajo hay buena relación entre los compañeros y compañeras, o incluso con los superiores, es interesante reforzarlas. Porque así el trabajo será un entorno donde sentirnos mejor y tener la oportunidad de ser una fuente de apoyo para los demás, y al revés igual. ¿Qué tal llevar unas pastas o pasteles para endulzar el café de la mañana, o hacer algún plan juntos, como una comida sencilla entre los que os lleváis mejor? En cada caso sabréis qué es lo más adecuado, pero así lleváis mejor la carga de trabajo entre todos.

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