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DEPRESIÓN

Me siento muy deprimido, ¿será pasajero o tengo un problema de depresión?

Me siento muy deprimido, ¿será pasajero o tengo un problema de depresión?
Sara Menéndez
Última actualización: 27 Febrero 2018
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Hay etapas en la vida en las que pasamos por un estado de ánimo muy bajo, ¿cómo saber si es una depresión o algo temporal?

A lo largo de la vida es normal, natural e incluso positivo, que pasemos por etapas muy duras que nos afecten mucho emocionalmente. La tristeza es una emoción básica, y nos ayuda a interactuar con el mundo de una manera ajustada. Sin embargo, es una sensación desagradable, y es que, lógicamente, no nos gusta estar tristes. De vez en cuando podemos ver una película con una historia o un final dramático, que nos mantiene un buen rato secándonos las lágrimas. Pero lo que nos desagrada profundamente es que ocurran esos eventos que desembocan en tristeza.

Es común que pasemos por episodios tristes, y los sabemos identificar perfectamente. Sobre todo, hay situaciones que nos mantienen con un estado de ánimo bajo durante días, pero también semanas. Una ruptura, la pérdida de un trabajo, de tu hogar, un cambio de etapa que implique irnos a vivir lejos de la familia, un desengaño, la enfermedad o el sufrimiento de un ser querido o, sobre todo, una muerte cercana. El sentimiento de tristeza es intenso, pero también es familiar, normalmente lo compartimos con otras personas o recibimos la comprensión de otros. Ante estas situaciones, lo mejor es dejar que nuestra tristeza aflore, aceptar los sentimientos, hacer las cosas que emocionalmente sentimos que necesitamos, y pedir ayuda a los demás para que nos acompañen y nos escuchen. No podemos intentar hacer como que no ocurre. Podemos esconder las lágrimas y mantenernos firmes si tenemos que ir a trabajar o reunirnos con alguien, y durante un rato olvidar el problema. Pero no podemos hacerlo durante todo el día, ni varios días. Así es como lo vamos superando, aceptándolo y aprendiendo a vivir con un elemento disruptivo en nuestra vida.

La tristeza natural y la continuada en el tiempo

Hay situaciones que son pasajeras. Por ejemplo, una ruptura sentimental te mantendrá con un estado de ánimo muy bajo durante días, pero sabes que lo superarás. Incluso encontrarás la parte positiva de ello. La pérdida de tu empleo puede condicionar el resto de tu trayectoria laboral y, por ende, tu vida, pero aprenderás a poner en marcha alguna estrategia que te permita seguir adelante. Sin embargo, el duelo es muy doloroso y dura más tiempo. Es una sensación que quizá nos cause melancolía durante toda la vida, pero no nos mantendrá en el mismo estado de tristeza que al principio. Va cambiando.

Ten en cuenta que la tristeza es una emoción necesaria y que no debemos sentirnos mal por sufrirTen en cuenta que la tristeza es una emoción necesaria y que no debemos sentirnos mal por sufrir

En ocasiones, el sentimiento de tristeza no es desencadenado por un evento. Puede ser un cúmulo de episodios. A veces es la reacción a un estrés constante. Puede que se deba a una vida que no nos satisface. O quizá no sepamos cuál es la causa. Al igual que en los eventos concretos, como explicábamos antes, puede ser algo pasajero, o empezar a convivir con nosotros de manera permanente. En este caso estaríamos desarrollando lo que se conoce como distimia, que es un sentimiento de tristeza más o menos constante, que nos vuelve irritables, dejamos de disfrutar de lo que antes nos agradaba, o nos volvemos muy melancólicos. Es un trastorno del estado de ánimo, algo menos grave que la depresión, pero aun así bastante disruptivo. Hay personas que, simplemente, viven así durante años, y otras buscan ayuda psicológica.

¿Cuándo estamos hablando de depresión?

La depresión, aunque está muy relacionada con la tristeza y la melancolía, se percibe como un cúmulo de sensaciones que las personas no identifican de una manera tan familiar como un proceso de tristeza. No hay un sólo tipo de trastorno depresivo, pero sí podemos identificarlo como un estado mucho más incapacitante que los sentimientos descritos hasta ahora.

La persona con depresión siente más que tristeza o melancolía. Se trata de un síndrome que aparece acompañado de otros síntomas que, en su conjunto, afectan de manera global a todos los ámbitos de su vida. Es un estado de ánimo que, además, sobre el que la persona no tiene capacidad de controlar de ninguna manera, ha perdido toda la autonomía sobre él.

No obstante, la depresión presenta signos muy heterogéneos, varía mucho de unas personas a otras. Por ejemplo, es común que se vea asociada a trastornos del sueño, pero mientras que hay personas con depresión que sufren de insomnio, otras duermen muchas horas al día. Aun así, los síntomas de la depresión se pueden englobar en cinco grandes categorías, recogidos por G. Buela-Casal, J.C. Sierra, y M.C. Cano, en Manual de Evaluación y Tratamientos Psicológicos (2009):

- Síntomas anímicos: abatimiento, irritabilidad, sensación de vacío, tristeza...

- Síntomas motivacionales: pérdida de interés, incapacidad de sentir placer, indiferencia...

-Déficits cognitivos: falta de atención, dificultad para concentrarse, déficits en la memoria, dificultad para tomar decisiones...

- Síntomas físicos: trastornos del sueño, pérdida del apetito, falta de deseo sexual, dolor físico inespecífico, fatiga, nerviosismo, agitación psicomotora

- Relaciones sociales: aislamiento, falta de interés por los demás, deterioro de las relaciones...

En general, la persona que tiene depresión parece sentir una total incapacidad para enfrentarse al mundo en su día a día. Personas que han pasado por ella dan testimonios que nos ayudan a entender mejor qué es lo que sienten y por qué no pueden salir de esa situación con la facilidad que a veces, desde fuera, pensamos que se podría. En el episodio del programa televisivo 'Salvados' llamado "1 de cada 5", dedicado a hablar de la depresión con personas que han convivido con ella, y profesionales en el tema, escuchábamos cuestiones interesantes. El cantante Iván Ferreiro, que sufrió una depresión años atrás, comentaba que era perfectamente capaz de diferenciar entre estar triste y la depresión. No sentía lo mismo, y se hablaba también de una sensación descrita como "no era yo".

La depresión nos aísla socialmente y podemos sentir cierta indiferencia por tu entornoLa depresión nos aísla socialmente y podemos sentir cierta indiferencia por tu entorno

Es muy importante atender al aislamiento y retraimiento social. Es lógico que las personas de alrededor tendamos a decirle a la persona deprimida que necesita salir, estar con gente y hacer actividades que le gustaban en el pasado. Sin embargo, introducirla de lleno en una situación así, por ejemplo, tomar un café con los amigos, les causa tremendo sufrimiento. Sufrimiento porque no les genera ese placer que buscamos, porque no saben enfrentarse a ello, y sobre todo porque ven expuesto su malestar al mundo.

Aun así, es normal que sea el entorno el que note con mayor claridad el comportamiento diferente de la persona deprimida, y sean quienes le animen, con dificultad, a recibir ayuda psicológica.

¿Qué debo hacer si sospecho estoy pasando por una depresión?

La confusión entre tristeza y depresión tiene varias causas y también implicaciones. Las causas a veces es que se reciben, en ocasiones, mensajes desde la sociedad que nos dicen que debemos estar "siempre bien", y no es así. Sentirnos mal, abatidos, necesitar un descanso, acabar con una situación estresante, etc., es natural, y además nos ayuda a entender que algo va a mal y a pararnos a reflexionar qué hacer. Pero esa idea de que no hacemos lo suficiente, que deberíamos adaptarnos a todo, que tenemos que rendir mejor, etc., nos lleva, además, a sentirnos excesivamente culpables, incluso de cosas tan básicas como nuestros sentimientos. Por eso, podemos llegar a pensar que sentirnos así es patológico.

Sin embargo, esta dificultad, lógica por otra parte, para diferenciar entre un estado pasajero o un estado peor, a veces implica lo contrario. La mitad de las personas con depresión no lleguen a pedir ayuda o lo hagan cuando llevan mucho tiempo en esa situación. Esto hace que se vuelva más compleja la intervención, y en algunos casos más graves la dificulta en gran manera. Pero se debe a otras dos cuestiones. Primero, al hecho de que pensamos que sólo podemos pedir ayuda profesional en los casos graves. Pero no es así, incluso en las situaciones más naturales, como un duelo, muchas personas necesitan un apoyo para seguir adelante. La segunda causa es la dificultad para acceder al tratamiento psicológico, que en la sanidad pública española cuenta con muy pocos profesionales y la consecuente falta de tiempo y recursos. Eso lleva a que ir al psicólogo sea algo que tengamos que pagar, y una alta proporción de la población no se lo puede costear.

En definitiva, siempre que te sientas con un estado de ánimo bajo, llevas mucho tiempo así y sientas que la situación te desborda, no dudes en pedir ayuda. El psicólogo es el profesional que mejor te ayudará a entender qué te ocurre: un duelo, un episodio pasajero, distimia, un tipo de depresión, etc., y pondrá en marcha contigo el tratamiento adecuado para cualquiera de ellas.

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