En muchas ocasiones habrás sentido miedo o incluso pánico ante alguna situación del futuro. Generalmente anticiparse a algunos sucesos futuros, a algunos peligros, puede ser bueno ya que ayuda a planear las acciones y reacciones que tendremos cuando realmente suceda. Sin embargo, esa anticipación se vuelve una patología cuando los pensamiento exceden los límites de la realidad provocando un cuadro de ansiedad. La ansiedad anticipatoria es una sensación de miedo ante algo antes de que ese algo suceda, es decir, ante una determinada situación la mente piensa de forma negativa en el futuro y se anticipa a hechos amenazantes. En estas situaciones, el organismo se activa y actúa antes de que ese peligro ocurra, un peligro que en la mayoría de los casos no es real. Esta sensación se convierte en un problema cuando existe una dificultad para asumir que es muy poco probable que ocurra algo terrible. Aquellas personas que padecen ansiedad anticipatoria generalmente son incapaces de tolerar la incertidumbre y necesitan tener bajo control todo lo que les rodea.
En algunas ocasiones la ansiedad anticipatoria aparece sin ningún motivo aparente pero la mayoría de veces suele venir motivado por algo que haya sucedido en el pasado. La ansiedad anticipatoria puede aparecer como consecuencia de un trauma anterior por el que se haya sufrido un ataque de ansiedad, esto hace que se tenga miedo ante cualquier situación que se asemeje a aquella del pasado. La ansiedad anticipatoria también puede aparecer motivada por alguna fobia que te impida pensar positivamente en situaciones futuras en las que te tengas que enfrentar a ella, provocando un cuadro de ansiedad anticipatoria.
Síntomas
La ansiedad anticipatoria es un problema real que no hay que menospreciar porque presenta síntomas muy graves y que pueden afectar no solo a la salud mental sino también a la salud física. Los síntomas físicos de la ansiedad ancitipatoria son muy similares a los de la ansiedad y pueden ser tan intensos que en algunas ocasiones las personas que los sufren pueden pensar que están sufriendo un infarto. La sintomatología física más común de la ansiedad anticipatoria incluye:
- Tensión muscular
- Sudoración
- Palpitaciones y/o taquicardia
- Dolor de cabeza intenso y persistente
- Ahogo o dificultad en la respiración
- Voz temblorosa
- Mareos y náuseas
- Problemas digestivos
Por otro lado, además de los síntomas físicos la ansiedad anticipatoria puede jugar con el estado de ánimo de la persona que la padece, llegando a hacerle sentir enojado, confundido, desesperanzado irritable o triste. Esto, a su vez, puede acabar afectando su capacidad de concentración y de toma de decisiones, lo que puede disminuir su rendimiento en todos los aspectos de su vida.
Cómo controlar la ansiedad anticipatoria
Ante un problema como la ansiedad anticipatoria hay una serie de pautas y consejos que pueden llevarse a cabo para poder reducir los efectos que provoca:
- Controlar la emociones: es conveniente descubrir las emociones que provocan ansiedad, y para ello lo mejor es respira profundamente y relajarse. Cuando se tenga cierto control sobre las emociones se valora la situación de forma racional.
- Descubrir los pensamientos negativos: es muy beneficioso intentar descubrir cuáles son los pensamientos negativos que provocan ese estado de ansiedad, para ello lo mejor es escribirlos en un papel. Gracias a esto la persona que padece ansiedad anticipatoria se puede dar cuenta de que se centra más en las cosas que pueden salir mal que en los aspectos positivos.
- Descomponer los pensamientos: una vez que se descubra cuales son los pensamientos negativos que motivan el estado de ansiedad, es beneficioso tomar cada uno de esos pensamientos y valorar cuál sería la peor situación en la que podrían ocurrir realmente. En este punto, probablemente la persona afectada se dará cuenta de que las posibles situaciones no son tan malas como se creía en un principio.
- Variar el foco de atención: es necesario cambiar de actitud e intentar cambiar esos pensamientos negativos por pensamientos más positivos. En una tarea muy difícil pero merece la pena intentarlo ya que no eliminará el problema pero ayudará a sobrellevarlo mejor.
- Prepararse para la incertidumbre: una vez se haya conseguido evaluar y cambiar en cierta medido los pensamientos negativos, es hora de prepararse para convivir con la incertidumbre. Es necesario ser consciente de que la vida es una incertidumbre constante y que no se puede tener el control sobre los sucesos del futuro.
Tratamiento
La ansiedad anticipatoria, al igual que la ansiedad, es una patología perfectamente tratable. Las personas que padecen o creen padecer ansiedad anticipatoria lo primero que deben hacer es ponerse en manos de un especialista que tenga los conocimientos suficientes para tratarla como puede ser el caso de un psicólogo o un psiquiatra. El tratamiento de la ansiedad anticipatoria suele llevarse a cabo a través de la psicoterapia, los fármacos o una combinación de ambos. Sin embargo, hay una serie de pautas que se pueden llevar a cabo por cuenta propia para disminuir los efectos de la ansiedad anticipatoria:
- Cambiar los pensamientos: aunque al principio puede parecer algo difícil, es necesario intentar pensar en positivo y hacer interpretaciones más realistas de la realidad.
- Hacer ejercicio físico: la práctica de algún deporte y en general, el ejercicio físico, ayuda a distraerse, a relajarse y a liberar la adrenalina adicional que se produce cuando se siente ansiedad.
- Distraerse: es muy beneficioso para la mente encontrar alguna actividad que nos agrade y que puede reducir la ansiedad. Es conveniente realizar una actividad ocupe la mente como por ejemplo leer un libro, salir con amigos, ir al cine, etc.
- Aprender técnicas de relajación: hay técnicas de relajación con las que se puede aprender a calmar una crisis de ansiedad. Muchas de esas técnicas solo se deberían realizar con un psicólogo pero hay algunos deportes como el yoga y el pilates que ayudan a controlar la respiración, a relajarse y a ver el lado bueno de las cosas.