¿No te ha pasado más de una vez, que viendo las publicaciones de otras personas en redes sociales, te has enfadado hasta el punto de mantener el mal humor un rato? ¿Que has contestado e iniciado una conversación que ha terminado en insultos personales? ¿O que te has callado pero has tenido que ir a contárselo a algún amigo o amiga porque no lo podías mantener más dentro? Sí, una de las caras más negativas de las redes sociales y de la cual las personas usuarias más se quejan es la toxicidad que se respira en ellas.
Esto ocurre porque en redes sociales, de repente, todas las personas que podemos acceder a ellas (recordemos la brecha digital que existe), tenemos un espacio para hablar que va a leer toda la gente que deseemos. Incluso las personas aludidas, por ejemplo, puedes enviar un mensaje al Presidente del Gobierno, aunque podemos estar seguros que no va a ser leído. Pero mensaje, a mensaje, se construyen los trending topics, se generan discursos generales que encima son recogidos por los medios de comunicación, y contribuyen a crear mensajes tanto positivos como negativos hacia una persona o institución. Pero, muchas veces, nos cansamos de todo esto.
Las redes sociales me afectan, pero no quiero cerrar la cuenta
Parece sencillo que, ante todo esto, lo más simple y rápido sea cerrar nuestras cuentas de Facebook o Instagram, y punto. Sin embargo, las redes sociales pueden ser la forma de mantener el contacto con familia, con amigos que viven lejos, con las personas que has conocido por vía virtual y te agrada conversar, también sirven para recibir mucha información que es relevante para ti con mucha sencillez, como noticias, ofertas de trabajo o de formación, novedades en algún campo de ocio que te guste, etc. También sirven como un altavoz para compartir tú cosas que te parezcan importantes, para que lleguen a más gente.
Algunas de las cosas que puedes hacer para eliminar ese carácter tóxico de las redes sociales son las siguientes:
- Bloquea a cualquier persona que te moleste, sin ningún miramiento. Las redes sociales son un canal de comunicación bastante impersonal en la mayoría de los casos, y mantener a alguien tóxico en ellas no te va a repercutir ningún beneficio.
- Silencia a quien quieras mantener por razones de compromiso, pero que te irriten sus intervenciones.
- Haz un exhausto recorte las cuentas o personas a las que sigas o tengas de amigas, pues a veces mantenemos grandes cantidades de followers o amistades en ellas que incluimos al principio que no nos aportan nada. Incuso, cuanta menos información tengamos en el muro, menos tenderemos a usar la red social como vía de distracción cuando nos aburramos y, de paso, usaremos menos el móvil.
- Puedes despersonalizar tu cuenta para inhibir el contacto contigo, o que no se sepa quién eres. Un Twitter o un Facebook sin foto da la sensación de que no se usa. Quizá a veces nos interese que de esa impresión.
- Denuncia las cuentas que contengan mensajes de incitación al odio o realicen insultos o agresiones personales a ti u otras personas.
- Hacer borrón y cuenta nueva: si quieres iniciar una nueva fase en tu vida en redes sociales, y limitar su uso, una manera simbólica y muy satisfactoria de hacerlo es borrando todo tu contenido anterior. En Twitter, por ejemplo, es muy útil, porque te ayuda a entender que los cientos de miles de tweets que escribiste, son ya material irrelevante.
Los comentarios negativos
A veces queremos mantener nuestra cuenta para compartir mensajes, campañas y discursos que creemos ayudan a visibilizar realidades, denunciar injusticias, etc. En esos casos es muy común que recibamos cientos de mensajes negativos, menciones agresivas, insultos, humillaciones, etc. Volvemos a lo mismo, hay personas que pueden optar por decir que las redes sociales no son una vía socialmente pedagógica y no merece la pena continuar exponiendo estas cuestiones, y otras que mantienen la idea de que sí pueden ser útiles y no quieren cerrar su cuenta.
Debemos entender que ambas opciones son válidas. No es culpa de la persona que comparte estas ideas que sea insultada (es diferente en caso de discursos que incitan al odio, que deben ser formalmente denunciados por las implicaciones que tienen sobre el bienestar de la sociedad en su conjunto), y lo que debemos hacer como usuarios es aprender a no insultar a toda persona que discrepe con nosotros.
Sea justo o no, la víctima de los comentarios negativos debe aprender a gestionar estos mensajes. Obsesionarnos con ellos, intentar contestar a todos, frustrarse por no hacerles cambiar de opinión, tomárselo como un fracaso personal, o creer que esos mensajes dicen algo cierto sobre nosotros, no nos lleva más que al sufrimiento y el posible desarrollo de estados psicológicos muy negativos, desde trastornos de ansiedad, problemas de depresión, etc. Algunas medidas son:
- Bloquear o silenciar a las personas que nos contestan mal de manera reiterada.
- No dudar de nosotros mismos: muchas personas quieren hacernos daño, pero no nos conocen, así que su discurso se basa en invenciones e ideas preconcebidas sobre nosotros o nosotras.
- Pasar más tiempo fuera de las redes sociales para recordar que el mundo virtual solo es una pequeña porción de la realidad.
- Ponernos una serie de normas que nos impidan entrar en ciertos juegos tóxicos (por ejemplo, no responder mensajes negativos y, si lo hacemos, ponernos una especie de sanción, como el clásico de guardar una moneda en un bote, u obligarnos a no entrar en la red social durante x horas).