El miedo en la oscuridad (escotofobia) es un fenómeno asociado generalmente en niños, pero cuando este miedo no se supera puede alargarse el problema hasta edades no tempranas, llegando a la adultez.
En los adultos, el miedo en la oscuridad se convierte en una fobia, es decir, un miedo irracional causado por recuerdos traumáticos o terrores de la infancia que no se han superado. En Bekia te contamos mucho más sobre este fenómeno dado en la edad adulta.
El miedo a lo desconocido es el principal problema
En los niños, el miedo en la oscuridad surge como consecuencia de la gran imaginación que todos ellos poseen. Tienden a imagnarse escenas como monstruos en los armarios, detrás de la puerta o debajo de la cama. En cambio, en los adultos ese miedo surge porque hay personas que tienen inseguridades y temores sólo cuando se encuentran en la oscuridad, no presentándose esas inseguridades a lo largo de todo el día con la luz del sol.
Algunas personas que pierden a su pareja después de tanto tiempo, por la muerte de un ser querido o por un divorcio, les cuesta mucho dormir solas por miedo a la soledad. Pero este miedo es por falta de costumbre a dormir con otra persona y no hacerlo sola.
También es común que sufras miedo a la oscuridad si has sufrido una agresión y duermes sólo en tu habitación. Tu imaginación puede ser el arma más peligrosa en estos momentos y jugarte malas pasadas, y es lo que va alimentando esa fobia a quedarte a oscuras.
Además, la oscuridad es algo que impide controlar lo que tienes a tu alrededor. El miedo a lo oscuro se asocia en muchas ocasiones a la idea de no poder manejar determinados aspectos de tu vida. Esta característica puede aparecer en adultos que sufren ansiedad o depresión, estando por lo tanto más vulnerables de lo que estarían si su vida fuese como ellos esperan. Estas personas se sienten amenazadas de noche en la oscuridad y pueden presentar temblores, nerviosismo, sudoración, etc.
Estrategias para superar el miedo en la oscuridad
Para superar el miedo en la oscuridad, debes enfrentarte a tus miedos como lo hacen la mayoría de los adultos. Recuerda que todo está en tu mente, debes controlar tus pensamientos para que no alimenten ese miedo que te impida quedarte solo cuando estés de noche a oscuras.
Si te da miedo dormir totalmente a oscuras, procura tener la persiana levantada hasta la mitad para que la luz de la calle entre a tu habitación. También puedes optar por tener una pequeña lámpara o luz en tu habitación encendida hasta que te duermas. De esta forma, podrás superar tu problema poco a poco y más fácilmente.
También puedes empezar a reducir la luz poco a poco hasta que te entre tanto sueño que tu cuerpo no tenga más remedio que quedarse por la noche dormido. De esta manera, será más fácil acostumbrarse a la oscuridad y lo harás a tu ritmo, mientras tratas de hacerte a la idea de que tu habitación se vuelve cada vez más oscura.
Este es un buen método, dado que eres tú la persona que controla cómo de oscuro debe estar el sitio en el que duermes. Poco a poco no necesitarás atenuar la luz y podrás apagarla fácilmente sin que te sientas incómodo y asustado.
De esta forma, aprenderás a sentirte cada vez más relajado en ambientes oscuros y podrás ir cambiando tu concepto de oscuridad, pues cada vez que atenúes más la luz significará que te dará menos miedo estar a oscuras. Así, la oscuridad dejará de ser una zona donde alberga negatividad para convertirse en una zona de relax donde podrás relajarte y descansar después de un día duro.
No te recomendamos que tomes medicamentos para tratar el miedo a la oscuridad.
Antes de tomar nada para dormir bien por la noche a oscuras, debes probar remedios y seguir algunos consejos que te ayuden a superar el problema sin tener que recurrir a tomar determinados fármacos. Recuerda que todos y cada uno de ellos contienen efectos secundarios que pueden ser perjudiciales para la salud.
No obstante, sí te recomendamos que acudas a un psicólogo si el problema persiste. Esta persona especializada te ayudará a que ese miedo irracional cuando estas a oscuras desaparezca, aunque debes tener en cuenta que todo conlleva un proceso y el problema no va a desaparecer de un día para otro. Deberás seguir las indicaciones del especialista y no ignorar los consejos que pueda facilitarte.