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VIOLENCIA MACHISTA

Por qué muchas víctimas de violencia de género vuelven con su maltratador

Por qué muchas víctimas de violencia de género vuelven con su maltratador
Sara Menéndez Espina
Última actualización: 22 Agosto 2018
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El ciclo de violencia es el proceso por el cual se mantienen las relaciones de pareja en las que hay violencia de género y es muy importante conocerlo.

La violencia de género causa gran dolor y rechazo en la sociedad, y cada vez más. La Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, la conocida como Ley de Violencia de Género en España, la define como "todo acto de violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad", y que ocurre "como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia". Se diferencia, así, a la violencia doméstica y la violencia en la pareja de la violencia de género, que de manera resumida se alude a ella como aquella ejercida contra las mujeres por el mero hecho de ser mujeres.

La violencia de género, como bien se define por parte de las personas y organismos expertos en el tema, no es causada por factores individuales de los hombres maltratadores, sino que viene respaldada por todo un contexto social y cultural de desigualdad que tiene como su máxima expresión estas muestras de violencia contra las mujeres. La desigualdad, como decíamos, se manifiesta, se hace visible, en diferentes ámbitos donde nos desenvolvemos las personas, pero cuando ocurre en la pareja, la consecuencia es el maltrato.

El mayor extremo al cual llega este tipo de violencia es el asesinato de la mujer por parte de su pareja. Somos conscientes de la gran cantidad de casos de asesinatos machistas o feminicidios que tienen lugar. Detrás de ellos, el número de parejas en las que ocurre esta situación se multiplica de manera alarmante. Pero aún muchas personas no logran entender el trasfondo social que las alimenta.

¿Por qué las víctimas se mantienen en relaciones de violencia?

Uno de los asuntos que más desorienta a la sociedad con respecto a la violencia de género es la razón por la cual las mujeres víctimas de violencia de género se mantienen en relaciones de abuso y maltrato. No logramos ponernos en su lugar y pensamos que si estuviéramos en su misma situación, saldríamos corriendo de ellas. Pero no ocurre así, ¿por qué? Además no hay distinción por clase social, origen, profesión o edad, ni tampoco por tipo de personalidad. Hay casos específicos donde la vulnerabilidad es mayor, pero en verdad la responsabilidad de estar atrapada en una relación de este tipo es tanto de la sociedad como del maltratador.

La explicación de por qué una mujer se mantiene durante años en una relación de maltrato es, claramente, psicológica. Hay sentimientos y percepciones como el miedo, la indefensión, la falta de autoestima, o creer que no se cuenta con recursos, que entran en juego, pero todo eso lleva detrás un mecanismo que lo alimenta: el ciclo de la violencia.

Tanto las reacciones agresivas del maltratador como sus explosiones violentas son impredeciblesTanto las reacciones agresivas del maltratador como sus explosiones violentas son impredecibles

El ciclo de la violencia y sus fases

El ciclo de la violencia es un modelo expuesto por la psicóloga estadounidense Lenor Walker en 1984. Es la explicación de las fases por las cuales va pasando la relación sentimental, que son consecuencia del maltrato y a la vez causa de que continúa en el tiempo. Consta de tres fases:

1. Fase de Tensión:

Durante la fase de tensión se dan reacciones hostiles por parte del maltratador de manera imprevista y sin motivo aparente. Su humor cambia repentinamente, es extremadamente sensible, y se manifiesta en malas constestaciones, riñas hacia la pareja, reproches, y pequeñas muestras de agresividad. La víctima cambia su conducta para adecuarse a las supuestas exigencias de él: es condescendiente, le intenta complacer, procura no hacer nada que le pueda molestar, se intenta anticipar a lo que él pueda querer, etc. De esta manera, ella considera que puede controlar la situación. Sin embargo, estos pequeños estallidos no dependen de lo que ella haga: aparecerán en cualquier momento aunque se culpe a la mujer.

Sin embargo, por la incomodidad de estas situaciones, que pueden aparecer en privado o delante de otras personas, la víctima tiende a encubrirlas y, como consecuencia, también a aislarse para que no haya testigos. La razón es que las personas de alrededor pueden advertirle del comportamiento abusivo del maltratador, pero como ella considera que son culpa de ella o simplemente fuente del carácter de su pareja o de factores externos (el trabajo, el cansancio, las posibles dificultades económicas, etc.), no se siente cómoda ante estas afirmaciones.

2. Fase de agresión:

La tensión acumulada durante la fase anterior explota en una reacción violenta explícita y de mayores dimensiones. Tienen lugar las conductas de maltrato psicológico, físico y/o sexual, y es la fase en la que la integridad de la víctima corre más riesgo. Pueden ser agresiones físicas (golpes y palizas), pero también otros tipos de violencia, como aislarla, asustarla dando golpes a las paredes o los muebles de la casa, gritos, intimidaciones, amenazas, ruptura de objetos de la víctima, violaciones, etc.

No hay un episodio concreto que desencadene el ataque, no se puede predecir, porque es algo que sólo depende de él aunque le culpa a ella. La excusa que él da, o la razón por la que cree que debe llegar a este punto, es porque quiere que su mujer aprenda a comportarse como él quiere. La normalización que tenemos en la sociedad de que los problemas se pueden solucionar de manera violenta e impositiva alimenta este método para "enseñar" a la mujer (pensemos en situaciones de la vida cotidiana en la que reaccionamos gritando a otra persona cuando hace algo que creemos que está mal, insultando por redes sociales cuando se opina diferente o incluso llegando a las manos cuando creemos que alguien intenta quedar por encima de nosotros).

Es en este momento cuando la víctima tiene miedo por su pareja, sufre estrés agudo que puede desembocar en Trastorno de Estrés Postraumático. Es por ello que es la fase en la que es común que la víctima pida ayuda y pueda tener intención de escapar de su situación, aunque el miedo, la indefensión y el bloqueo evitan que pueda dar ese paso.

Sin embargo, esta fase, que es la que se cree que es más común en las relaciones de maltrato, es muy corta, y tarda un tiempo en volver a aparecer. Si las agresiones fueran constantes, ninguna personas las soportaría.

No debemos abandonar a la víctima aunque decida volver con su pareja maltratadoraNo debemos abandonar a la víctima aunque decida volver con su pareja maltratadora

3. Fase de luna de miel, calma o arrepentimiento:

En esta fase la tensión desaparece. El maltratador pide perdón a su pareja, da muestras de arrepentimiento, intenta compensar el daño y a veces incluso asume la culpa y dice que necesita ayuda. La manipula emocionalmente porque sabe que si la violencia continuara, ella le abandonaría. El maltratador se muestra y comporta tal y como ella desea, entonces reaparecen las esperanzas de que cambie y que, definitivamente, dejará de agredirla. "Confirma" que las fases previas eran fruto de otros factores, o externos o por culpa de ella, o que en verdad tiene un problema que logrará superar para ser felices. No obstante, con el paso del tiempo esta fase tienda a desaparecer y las fases de agresión ocurren cada menos tiempo.

La fuerte dependencia emocional es la que permite que la mujer crea que todo esto ocurrirá, pues en verdad no quiere abandonar a su pareja, sino que deje de comportarse así. Lo que ocurrirá en esta fase, en muchas ocasiones, es que la víctima retire las denuncias que haya podido realizar previamente, o si sólo abandonó al maltratador, vuelva con él. Sin embargo, esto no es comprendido por las personas de su alrededor que quieren ayudarla, se sienten engañadas, frustradas, que han perdido el tiempo y la reacción común es juzgar a la víctima ("es que no quiere que la ayuden", "es que vuelven con ellos y así no hay quien haga nada", "es que no se deja ayudar", etc). Por ello es muy importante conocer este ciclo de violencia, porque si no lo que haremos será abandonar a la víctima.

Cierto es que no todas las relaciones de pareja en las cuales se da violencia de género se adecúan a este modelo. Los casos son muy diversos y siempre hay más de una teoría que explica fenómenos psicológicos y sociológicos. Pero es muy importante conocer este modelo del ciclo de la violencia para entender por qué muchas chicas o mujeres víctimas de maltrato vuelven con sus parejas, no dejan la relación o retiran las posibles denuncias interpuestas.

Intento ayudarla pero ha vuelto con él, ¿qué puedo hacer?

En caso de que te encuentres en la situación arriba explicada, que la víctima haya vuelto con su maltratador o haya retirado las posibles denuncias interpuestas, no debes dejar de estar al lado de la víctima. Es normal que durante el proceso de intervención para ayudar a la mujer que sobrevive a la violencia de género se den estos "pasos atrás". Forman parte del proceso, aunque en cada caso puede ocurrir o no, o un número diferente de veces, y las personas expertas lo saben.

Lo que tienes que hacer ante un caso de maltrato es acudir a hablar con un organismo que tenga servicio de atención a víctimas de violencia de género, como el Instituto de la Mujer o asociaciones específicas de violencia de género. También el 016. Allí debes explicar el caso, lo que sabes, ya sea en compañía de la víctima si se encuentra en fase de querer abandonar la relación, o tú solo o sola en caso de que no quiera hacerlo. En este tipo de intervenciones deben ser profesionales bien conocedores del ciclo de la violencia y de otros muchos aspectos de la violencia machista para saber cómo actuar y gestionar la situación, siempre teniendo en cuenta el peligro que pueda correr la vida de la víctima.

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