En ocasiones todos nos preguntamos en qué medida nuestra infancia puede repercutirnos en la forma en la que seremos de adultos. Esto es lo que se conoce como apego o necesidad de apego, algunas personas piensas que esto no existe o no tiene tanta repercusión como algunos expertos en salud mental dicen, sin embargo, esto no es cierto. La infancia es una parte crucial en el desarrollo de los niños, aunque la mayoría no recordemos estos años, lo que vivamos en nuestra infancia es igual o más importante que cualquier experiencia que podamos vivir de adultos.
El ser humano es un ser social, necesita de otras personas y de formar con ellas un vínculo de apego, la primera persona con la que creamos estos vínculos de apego es con nuestros padres, es por esto por lo que la primera experiencia con el amor que tenemos con ellos determina en gran medida la que tendremos con el resto de las personas pues esta es la primera fuente de amor y comprensión sobre la que depositamos nuestras expectativas y anhelos.
No obstante, el apego determina muchos otros aspectos en la personalidad de la persona y ahora los veremos más detenidamente.
¿Qué es el apego?
El apego es un proceso afectivo que está presente a lo largo de la vida del ser humano y que, el momento más determinante en el que se estable es en la infancia. Este vínculo será el que establecerá las futuras relaciones de parejas, hermanos, amigos y demás relaciones que se creen en el futuro de la persona. Esto es fundamental ya que el apego será lo que determine el cómo actúe una persona ante el abandono y demás emociones negativas.
Una vez somos adultos, estos esquemas mentales pueden cambiar según las experiencias de vida de cada persona, haciendo que adquiera una forma más interpersonal. No obstante, las relaciones afectivas no es el único factor que pueda hacer que estos esquemas cambien, esto también se puede conseguir con terapia, es por esto por lo que es de vital importancia que se cree un vinculo de confianza con el psicólogo que permita resignificar la figura del apego, se podría decir que el profesional de salud mental será una especie de herramienta de cura.
El psicólogo deberá trabajar la inseguridad que tenga el paciente, permitiendo que este tenga una mayor confianza en sí mismo y por lo tanto en sus relaciones al crear un apego seguro.
El vínculo entre la oxitocina y el apego
Desde el inicio de la gestación se segrega oxitocina, la hormona del amor y de la vinculación. Esta entre muchas otras funciones, prepara al cerebro de la madre para que "se enamore" del bebé. A la hora del parto es cuando los niveles de oxitocina llegan a su punto más alto, con tan solo ver al bebé se comienza a segregar esa hormona generando en la madre un estado de tranquilidad en la que se queda embobada mirando a su hijo.
Desde el comienzo de la relación madre-hijo se comienza a general el apego y esto será lo que determine el carácter y comportamiento del niño tanto en su etapa infantil como cuando se haga adulto.
El apego seguro
Los niños con apego seguro perciben a sus padres como figuras confiables, a las que pueden recurrir en caso de tener un problema. Las personas con este apego experimentan una sensación de satisfacción en sus relaciones con otros, haciendo que sus relaciones con otras personas sean sanas. La honestidad y la confianza son los pilares con los que estas personas construyen sus relaciones. Esta es la forma más común de apego.
Apego preocupado o ansioso
Los niños que presentan esta vinculación con sus padres no tienen la seguridad de poder disponer de ellos cuando necesitasen ayuda. Esta incertidumbre hace que se vuelvan miedosos e inseguros. En los casos en los que los padres "amenazan" con el abandono como forma de reprimenda ante una mala conducta, esto puede ocasionar que los niños se vuelvan más inseguros. A menudo los adultos que presentan este apego son personas que evitan expresar sus sentimientos o desarrollarlo por miedo al abandono o al fracaso de esa relación.
Apego temeroso o evitativo
Este apego hace que los niños piensen que todo gesto de afecto o cariño que tengan con sus progenitores, hará que su entorno se burle de él o lo desprecie, lo que lleva a que se sientan inseguros, sin protección y a que desarrollen una conducta de autosuficiencia. En los adultos esto se caracteriza por la búsqueda deliberada de la soledad y por la incomodidad en las relaciones personales.
Apego desorganizado
Estos niños han vivido situaciones amenazantes por parte de sus progenitores ya sea porque han adoptado actitudes negligentes o abusivas. Este tipo de apego genera secuelas profundas en la personalidad de estas personas y en la imagen de sí mismo que tienen.